Por:
Redacción
5 de Jun, 2025
11:18 am
Uzbekistán logró un empate sin goles ante Emiratos Árabes Unidos que le bastó para asegurar su clasificación al Mundial 2026, la primera en la historia del país.
El Estadio Al-Nahyan fue testigo de un encuentro cerrado, áspero por momentos, donde los detalles marcaron la diferencia. Aunque el gol nunca llegó, el resultado fue suficiente para que el equipo de Timur Kapadze hiciera realidad el sueño de una nación.
El protagonista de la jornada fue Utkir Yusupov. El guardameta uzbeko tuvo una actuación clave al evitar, en varias ocasiones, que el conjunto local rompiera el cero. En el segundo tiempo, detuvo un remate cruzado de Yahya Alghassani que parecía destinado al fondo de la red, además de intervenir con seguridad ante disparos de Fabio Lima y un cabezazo peligroso de Lucas Pimenta. Su desempeño, firme y oportuno, sostuvo al equipo en los momentos más delicados.
El partido careció de ritmo durante la primera parte. Ambos equipos mostraron mucha fricción y poca elaboración ofensiva. Apenas una ocasión clara para cada lado interrumpió el tedio: un disparo de tiro libre de Ali Saleh que se fue desviado y un cabezazo de Abbosbek Fayzullaev que terminó estrellándose contra el travesaño tras una mala salida del arquero local. La falta de claridad ofensiva fue una constante durante los 45 minutos iniciales.
En el segundo tiempo, Emiratos Árabes Unidos empujó con más decisión, consciente de que necesitaba una victoria para mantener viva su esperanza mundialista.
Sin embargo, cada intento fue frustrado por la muralla que construyó Yusupov bajo los tres palos. Uzbekistán, aunque más conservador, supo resistir las embestidas del rival y se mantuvo firme pese a los ocho minutos de adición.
Los cambios desde el banquillo intentaron aportar variantes en ambos equipos. El conjunto local recurrió a jugadores como Caio Canedo y Harib Abdalla para renovar el ataque, mientras que Uzbekistán refrescó sus líneas con la entrada de Buriev, Erkinov y Nasrullaev. A pesar de los ajustes, el marcador no se modificó y el cero se mantuvo hasta el pitazo final.
Cuando el árbitro Shaun Evans marcó el final del partido, Uzbekistán selló una página histórica. No hubo goles, pero sí una clasificación con sabor a victoria. El equipo supo sufrir y resistir cuando fue necesario. Su recompensa no fue solo un punto, sino el boleto a su primer Mundial. Un hito largamente esperado que hoy se celebra en todo el país.
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